sábado, 7 de mayo de 2011

JHONY CLOQUETA - EN LA RED -

No me gusta destacar mi aspecto emocional, tampoco hacerlo por como soy de cara a los demás, ya llevo varios años conviviendo a pocos metros de unos extraños seres que se denominan vecinos y créeme que casi no los conozco sino fuera por que a veces coincidimos en la puerta abriendo el portón a la misma vez, ya que se encuentran pegados prácticamente el uno del otro. Es cierto que a veces se les escucha gritar o reír dependiendo del día, pero si me cruzo con el me da la sensación de que previamente me a esquivado, haciendo tiempo en el portal o en el descansillo al oír que yo me acercaba o que salía de casa dependiendo de la hora claro, para mi siempre serán “los otros”…
No, yo no me iba a sentir mal por no relacionarme con ellos prácticamente en cuatro años que llevo en esta nueva vivienda, si mi padre vivió treinta años en la misma casa y nunca jamás cruzó palabra alguna con los que entonces fueron mis vecinos, no, nunca fue de esos vecinos que se cuelan hasta el último rincón de la casa y que te despiertan con sonoras y estruendosas carcajadas la mañana que mejor duermes y la tarde que mas nesecitas la siesta.

Y es que la relación de uno para/con los demás va en función de muchas cosas, depende de los lugares que frecuentes, del tipo de bar, del tipo de bebida, del tipo de amigo… Bueno e de decir que esa palabra –amigo- nunca se prodigo demasiado en mi vida, no la verdad es que no, no se por que pero siempre fui el pequeño solitario que se entretenía con las hormigas en el recreo, en el patio del colegio. Mi infancia fue mas aburrida que escuchar una partida de ajedrez por la radio, no se si el introvertido era yo o los demás eran los “raros” (como decía mi madre), lo cierto que nunca he tenido amigos, a veces noto que me esquivan en la barra del Bar cuando trato de entablar conversación, incluso el Alemán del Bar de Cristóbal parece que me elude, y ya es decir, con lo que charla el tío…

Hace poco decidí iniciarme en la red, de tanto escuchar hablar de lo mismo la curiosidad se hizo conmigo y he contratado el Internet rural, que comparado con el que tiene mi primo en su casa de 10 Gigas (o algo asin) es mas lento que una maratón de berberechos, pero a mi me vale por que mientras carga una página y otra yo puedo echar una cabezaita…
Me di de alta en el Facebook que a sido el único alta que e conocido en muchos años, mi primo me dio una clase teórica rápida y puedo decir que ya me relaciono con facilidad en la red, ya he adoptado parte del vocabulario que se utiliza en este mundo, -modem, chatear, Wifi con cola, @rroba lo que pueda, etc etc - , apenas salgo y lo que es mas importante, yo, el niño que apenas se relacionaba con los demás y que jugaba con las hormigas en el recreo, tiene quinientos treinta y cuatro amigos… Si, todo empezó con una solicitud de amistad de mi primo y ya tengo quinientos treinta y cuatro amigos, ¡¡que barbaridad!! ¿Quien me lo iba a decir?!!…

Y es que este mundo de “los Interneses” esta lleno de alegrías y decepciones, decepciones por que el otro día me hizo falta algo de dinerillo para sufragar unos gastos imprevistos que me surgieron y ninguno de mis amigos tuvo el detalle de prestármelo, parece mentira teniendo uno como tiene tantísimos amigos, yo lo puse en el muro donde se pegan las cosas que uno piensa pero… nada, ni un “me gusta” siquiera, eso me hizo dudar de la autenticidad de los amigos.

Después una chica llamada – bomboncito caribeño – quiso que la agregara (o como se diga), y yo evidentemente lo hice, aunque solo fuera por ver sus fotos, la de su perfil era increíble, el mejor perfil que e visto en mi vida. Entablé una relación con ella, pero me dijo que prefería continuar charlando por sms que era más privado y mas seguro, y me facilitó su número de cinco cifras que evidentemente no voy a desvelar por si alguno se atreve a molestarla, quiera que no, ella ahora es mía amiga…. Ya ves, no todo es malo en Internet, el otro día tuve la suerte de cara y pulsando un icono que apareció repentino en mi pantalla tuve la suerte de ser el visitante un millón de la página en cuestión, un letrero muy luminoso y parpadeante así me lo hizo saber, el premio era algo de dinero y un coche o un viaje ( a elegir lógicamente, las dos cosas no), para ello solo tuve que facilitar mi numero de cuenta y el numero de tarjeta de crédito (me imagino que para el ingreso del premio) seguido del PIN de la tarjeta, sin sorteos ni nada por el estilo, lógicamente la pagina era un sitio seguro por que aprecia en la parte inferior derecha un icono que era un candado, signo de seguridad.

Ayer mismo me llegó una solicitud de amistad, de una persona que quizás conozca y la verdad, no se si la conozco o no, se trata de mi vecino que es pa ver la cara de gilipoyas que tiene en la fotito de su perfil ( y en otras que le he visto haciendo mojigangas), por eso, en esa y en todas las fotos que el aparezca.
No se como ha llegado hasta a mi, pero a veces siento que me persigue. Evidentemente tuve que aceptarlo, no hacerlo hubiera significado un acto de desprecio… Ahora cuando veo a mi vecino y me cruzo con el no se como reaccionar, no se si ignorarlo, si hacerme el despistado, no se si preguntarle si es levante o es poniente, o comentarle esa frase manida de - ¡que pecha de agua joé¡-, no se si sonreír, si doblar la cabeza hasta el hombro en señal de -¡¡¡aaaiiii!!!- o simplemente darle un abrazo, por que un amigo es un amigo, y por que dice el refrán que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Yo con quinientos treinta y cuatro amigos y el anuncio de – Enhorabuena es usted el cliente un millón – puedo decir que si no soy rico, poco me falta… Internet, me ha cambiado la vida…

1 comentario:

  1. sabado 14, VI Carrera Popular Dulce del Moral-SEVILLA. compite el atleta manuel camacho rodriguez

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